Dicen que hay dos tipos de mujeres, las que se retuercen formando un semicírculo con la cama tras el orgasmo y las que abrazan al sujeto causante del placer como premio por la hazaña. Dicen que soy de las primeras y que el ángulo que forma mi columna con la cama cuándo el éxtasis me alcanza roza la perfección. Comentan que me miento a todas horas y que mi felicidad es una espiral de falacias mal formadas, que cuando la verdad me alcanza me aturde y me hace huír. Dicen que mis ideas revolucionarias y libertadoras algún día me traerán problemas y que tanto mi cuarto como mi corazón son unas pocilgas. También dicen que cualquier hombre estaría encantado de enamor...
Nunca me quedo a escuchar el final.