27 de diciembre de 2011


Te he vivido con inercia y lo lamento. El impulso de los días me han hecho llegar aquí casi sin darme cuenta y es posible que mi piel sea lo único que te frene. Esta vez no hay torbellinos ni víboras acechando, no hay nadie que me traiga el desayuno y no es por la cama ni por el frío. Es por mi.

5 de diciembre de 2011

Somos el hombre blanco, la basura diabólica del siglo en que vivimos, tan sólo el hombre blanco y esa obsesión continua y duradera de borrar con la droga cuanto amamos o mirar con recelo y a escondidas si aún nos queda algo sólido en la delicada bolsa del escroto.

4 de diciembre de 2011

Ha cambiado el tiempo, el color de las uñas y las escamas. El frío ha llegado con rizos oscuros indomables y con él, la sonrisa calmada y despeinada de lo que no se exige, lo impreciso y lo expontáneo. Sin silencios cobardes ni afectos fingidos se abre el jersey, me mete dentro, el mundo se calma y después, después veremos. Hemos aprendido a mirar, con la duda entre los dedos y a tientas.