31 de julio de 2012


Me encontré toda la luz del sol entre tus piernas una madrugada y temblé al sentir el vendaval de tus caderas aquella mañana. Me acabe los restos de tristeza que en la boca aun te quedaban y compré para el viaje hacia el centro de tu alma todas las entradas. Conseguí besarte y me hice un parque de atracciones dentro de tu falda y  trajiste un salvavidas cada vez que te reías de mis payasadas. Me limpié los ojos con el aire de tu boca cuando tu me hablabas y entendí que dura mucho más la primavera al borde de tu espalda.
Damian Rice, te cantó por mi: “I can't take my eyes of you...”

Y así aprendí que la soledad es eso que termina cuando viene tu boca, 
cuando tú me decías "dónde pongo la ropa". Olvidé mi nombre aquel domingo en que dijiste "acércate a mi cama" y crucé la eternidad en un segundo al ver como desayunabas. El teléfono se desmayo al ver que eras tú quien me llamaba
y ayudé a Cupido a llevarte hasta tu puerta un saco de manzanas.