26 de agosto de 2011


Fantasmas de humo sobrevuelan los alrededores. Vieron caer al gigante, una abrumadora sensación no apta para mentes frágiles que se despeñan por acantilados de niebla. Inventaron el motivo y falsearon el regreso. Beatos estúpidos que afirmaron su muerte, ponen ahora en juicio su fe mientras observan movimientos de cenizas. Se le ha negado el calor de los cuerpos y el estremecimiento de las almas dándo a cambio sangre y mentira. Y ya no siente nada.