Habéis olvidado lo que es arder, morir y renacer en cuestión de segundos, esa sensación que controla tu cuerpo de la forma más sutil y perfecta que existe, vivís en la conformidad temprana de lo que lleváis haciendo desde hace demasiado tiempo, tenéis previsto todo un protocolo de actuación cuando toca cumplir. En ese momento sabes que ella te besará primero, mas tarde tú le cogerás la pierna sin demasiado entusiasmo, ella te quitará la camiseta y luego le desabrocharás el sujetador, tan torpe aún, y comenzaréis así el preludio de lo que será el ejercicio más precario de vuestras vidas, al terminar ella te dará un beso como premio por la hazaña y tú irás cabizbajo al baño a quitarte otra de las tantas cosas que te separan de ella. Y así continuaréis hasta que a ella le arranquen las bragas a mordiscos y a ti te laman las penas que os dejó vuestra cárcel.