No existe el tedio, no me he cansado todavía, aún me quedan ganas. Las he guardado todas, las tuyas y las mías y han sumado demasiadas, han sumado litros de cerveza que ahora me toca vaciar y mientras cada gota golpea la arena reseca por el sol al caer, a mi cuerpo se le escapa un escalofrío y se marcha disfrutando, feliz de alejarse de esta locura.