Mis días son un continuo devenir de pilares de orgullo, experiencias mal vividas y atracciones terribles hacia lo desconocido. Lo que me rodea está enganchado a asquerosas banalidades que se sumergen en ideales estúpidos, sin convicciones ni ganas de una buena réplica. Lo que fue, ahora no pasaría ni la primera criba y a lo que viene lo envuelve una tremenda pereza, sabiendo de antemano que vais a aburrirme.
Mi inconformismo supera máximas y lo que veo no me alcanza.