Vale sí, lo reconozco, ahora es cuando me gustaría drogarme a todas horas y tatuarme todo el cuerpo con frases indecentes y existencialistas. Ahora me apetece emborracharme cada día y leer mala poesía, mientras lo que pasa a mi alrededor no me resulta más que el acontecer barato de unas almas estúpidas y mediocres. Ahora le entregaría mi alma a cualquier vagabundo que supiera recitarme verso a verso "corazón coraza" de Benedetti.