Te he vivido con inercia y lo lamento. El impulso de los días me han hecho llegar aquí casi sin darme cuenta y es posible que mi piel sea lo único que te frene. Esta vez no hay torbellinos ni víboras acechando, no hay nadie que me traiga el desayuno y no es por la cama ni por el frío. Es por mi.
5 de diciembre de 2011
4 de diciembre de 2011
Ha cambiado el tiempo, el color de las uñas y las escamas. El frío ha llegado con rizos oscuros indomables y con él, la sonrisa calmada y despeinada de lo que no se exige, lo impreciso y lo expontáneo. Sin silencios cobardes ni afectos fingidos se abre el jersey, me mete dentro, el mundo se calma y después, después veremos. Hemos aprendido a mirar, con la duda entre los dedos y a tientas.
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